Quienes esto lean, entenderán mi asombro, y es que hay afirmaciones y discursos que no deben quedar incontestados: «Memoria histriónica». Su contenido, constituye una auténtica apología del golpismo y del insulto. Parecería mas razonable, en un momento como el presente, contribuir, con una cierta objetividad, a analizar las razones que han llevado al Juez Garzón a abrir una causa justa y esperada por las víctimas.

Claro que se cometieron desmanes en ambos lados, y ambos son detestables, pero tampoco nadie deberá dudar que las ideas por las que se combatió en uno y otro lado, no pudieron ser más diferentes. Como no es menos evidente, como comentaba recientemente Andrés Trapiello, que con frecuencia muchos republicanos no fueran demócratas, ni todos los que se pusieron del lado de los fascistas, fueran tales. Hoy, las víctimas del franquismo, como Antigona, solo reclaman el derecho a enterrar a sus muertos.

Yo, como muchos de mi generación, como la mayoría de la sociedad de nuestro tiempo no fuimos «clónicos», soñamos con la libertad y luchamos por recuperar la democracia para nuestro país. El resultado es que la evolución política, social, económica y cultural de estas últimas décadas constituye el mayor periodo de estabilidad y libertad de la historia contemporánea de España.

Clara Bayarri, magistrada de la Audiencia Nacional, coautora del voto particular discrepante al respecto afirmaba: «A nada conduce el enfrentamiento crispado, el agrio exabrupto, la belicosidad visceral… sólo a la involución. Yo no quiero volver a la orilla blanca … la orilla negra, que cantaba en los 60 la bella italiana Iva Zanichi. Quiero poder discrepar sin que me llamen botarate, con honestidad, y con absoluto respeto a la opinión de los otros. Pero quiero también que se respete mi discrepancia con idéntica empatía».

Paulino Garagorri, de grata memoria, advertía, al inicio de la transición: «Donde el peso de la era de Franco es más intenso es, precisamente, en quienes se han formado en una sociedad capitaneada, con el consentimiento de la mayoría, por el singularísimo estilo de su pesada magistratura vitalicia».

Me pregunto, ¿qué extraño peligro para la República, su constitución y sus instituciones, representó la actitud clara y decidida de hombres como don Claudio Sánchez Albornoz, don Salvador de Madariaga, don Julián Besteiro, don Antonio Machado, Américo Castro, don Severo Ochoa, el Dr. Peset Aleixandre, el profesor Altamira, García Lorca, Pau Casal, Miguel Hernández, Pablo Picaso, etc., etc …. ? Una larga pléyade de notables españoles que, no obstante ello, se vieron obligados a abandonar, la mayoría de por vida, su suelo patrio. Como otrora inquisitorial lo hicieran Luis Vives y Miguel Servet. Peor suerte corrieron los que no pudieron o no quisieron abandonar su país, para muchos de ellos son los que claman justicia sus deudos en demanda de una sepultura digna.

En cuanto al epílogo, donde se me incluye, lo atribuiría, probablemente, a una cierta miopía intelectual, aliñada con un determinado maniqueísmo sectario que yo, en lo p’ersonal, no se lo tomo en cuenta, pero que sesenta años después, todavía puede herir sentimientos, como seguro que lo ha hecho el resto del relato. Mire, señor Sanjuán, yo no conocí al padre del Sr. Bono ni al abuelo del Sr. Zapatero, no obstante ello, me atrevería a afirmar que ambos fueron dos ejemplares ciudadanos. A mi abuelo, al que usted se refiere, si que lo conocí, al otro, la guerra que nunca debió empezar, como todas, me lo impidió.

A mi abuelo, el que fuera Alcalde, fue un hombre de bien que nunca tuvo que esconderse de nada ni de nadie. A ambos, al que conocí y al que no pude hacerlo, recupero su memoria con orgullo, convencido de su honestidad e integridad personal, y que hicieron en cada momento lo que estimaron más justo en el tiempo que les tocó vivir. Por si sirve para algo, en aras de la necesaria concordia, le diré que mi abuelo albergó en su casa durante esa guerra, a salvo de las bombas fratricidas, a una notable familia de republicanos de Alicante, y que no dudó lo mas mínimo, unos años después de fa contienda, en rubricar, en compañía de Da. Aurora Martínez, la autorización para su regreso del exilio a significados y honestos ibenses que nunca tendrían que haber salido de su pueblo.

Si queremos, queridos ciudadanos, romper una lógica política que camina sobre las víctimas, hay que hacer justicia a las víctimas de la historia.

Solo poniéndonos en los zapatos del adversario o el discrepante, conseguiremos recuperar el espíritu de concordia que tan ineludible, necesario y decisivo resultó en su momento.

Vicente García Pascual

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10 COMENTARIOS

  1. Desde luego entiendo bien las palabras que escribes y me parecen necesarias, para a continuacion decir que a este «botarate» todavía no sé como le dejan publicar artículos en ESCAPARATE.

  2. Gracias Vicente por responder por mi y por muchos otros a este histriónico periodista de medio pelo. No compro este ppperiódico lo ojeé por casualidad en un bar y cuando llegué a lo de la solución fue franco, le dediqué unas palabras al autor y dejé de leer el panfleto. Un saludo socialista.

  3. Bravo Vicent !!!! Hi ha gent que deuría dedicarse a tocacollons, eixa que esta per damunt del bè i del mal, eixa que escriu en escaparate y donen ganas de dirigirle quatre coses ben dites. Menut moniato!!!!

  4. Eixe no té memoria, però jo sí, tampoc té masa trellat, no es mereix que ni siquiera que una persona de la teua talla Vicent, es pare a contestarli!!!!

  5. No entiendo como esta persona es un fijo en Escaparate. No tiene criterio, no entiende de periodismo, no cuenta con fuentes fiables, simplemente piensa en voz alta, y de «listos» ya vamos bien servidos. AVISO ESCAPARATE

  6. Vicent tu respuesta ha sido una lección de educación, criterio y coherencia. Seguramente el Sr. Sanjuán no merecería que le dedicases un sólo minuto de tu tiempo, pero para nosotros ha sido un placer leerte.

    No sé si el Sr. Sanjuán lo leerá, pero yo le aconsejaría que lo haga y tome nota de la diferencia que hay entre la tolerancia y su verborrea.

  7. Este hombre (no creo que tenga suficientes méritos para llamarle escritor o articulista) en los primeros momentos en que Carmen Chacón fue nombrada ministra de defensa, la atacó furiosamente por su condición de mujer. En el colmo, la descalificó por ser «una hippi pacifista».
    Aunque no sé si es una descalificación o mejor una cualidad. Si Hitler y Franco hubiesen sido pacifistas, nos habríamos ahorrado millones de vidas, lágrimas y desgracias.

  8. No entiendo el criterio de Escaparate para otorgar columnas y casi el estatus de editorialista a esta persona, que tiene tan poco criterio que no puede entender que los tiempos cambian y que en todo caso los ascendientes no tienen que condicionar a los hijos, nietos…
    Según él, aquí deberíamos seguir el sistema de castas de la India, donde el que es intocable transmitirá a sus descendientes esa categoría. Aquí parece ser que si eres del PSOE tus retoños a la fuerza serán del PSOE. Que reflexione un poco sobre lo que escribe, porque al final no se sabe si quiere menospreciar a Vicente, Bono o Zapatero, o a sus abuelos.

  9. Be, Vicent, molt be.
    Hay cosas que, como tu dices, no se pueden dejar incontestadas. A este personaje algunos le llaman botarate, yo creo más bien que es un ignorante supino y un inestable emocional.
    La ignorancia supina «procede de negligencia en aprender o inquirir lo que puede y debe saberse» (R.A.E.).
    La inestabilidad emocional hace sufrir mucho al que la padece…y a los que se cruzan en su camino.

  10. A pesar de que «ese» no se merece tu respuesta, porque intelectualmente no te llega a la suela de los zapatos, somos muchos los que hemos respirado tranquilos al leer tu respuesta. Enhorabuena, Vicent.
    Escaparate: ¿todo es publicable? Yo creo que no, es más si se hace apología de ciertas cosas puede hasta ser delito. Pero sin llegar tan lejos, ¿vais a publicar cualquier disparate del susodicho, por muy colega que sea? Lo pregunto por desapuntarme de vuestro periódico.

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