Por Jaime Ruiz Reig Presidente AMESDE
La imputación contra Garzón perpetúa la impunidad de los crímenes de la represión Franquista
La imputación contra el Juez Garzón por delito de prevaricación y la inmediata suspensión de funciones que se anuncia ponen a esta sociedad ante una triste realidad: el único imputado en relación a los crímenes contra la humanidad de la dictadura franquista (persecución, torturas, asesinatos, desapariciones forzadas) es el juez que se atrevió a iniciar una investigación para buscar a los desaparecidos y a los niños apropiados y localizar los restos de los seres humanos que fueron asesinados y enterrados indignamente, que se cuentan por docenas de miles.
La decisión del Instructor del Tribunal Supremo Luciano Varela desprecia esa terrible realidad y se inscribe en la secuencia de actos políticos consumados desde los últimos años de la dictadura y la transición para garantizar la impunidad de los criminales, no se olvide que se trata de crímenes de estado, y para impedir el derecho a la verdad, el acceso a la justicia y la reparación del inmenso daño sufrido por las víctimas. Todo ello en contra de la legalidad internacional que obliga al estado español, también a sus tribunales, a proteger a las víctimas frente a las más graves violaciones, en el caso español crímenes internacionales sistemáticos y masivos.
Nos resulta intolerable la incapacidad política y jurídica demostrada para superar el drama de los desaparecidos y las fosas comunes a causa de la resistencia de quienes se erigen en guardianes de las esencias y el honor de la dictadura franquista. Es por ello que denunciamos la resolución del Juez Luciano Varela como un acto contrario a los derechos humanos reconocidos universalmente y a la decencia pública, porque injustamente se vuelve a despreciar los sentimientos de las víctimas de la represión.
Pedimos, desde AMESDE, que se termine con esta aberrante situación, que es ya un indicio de merma en la calidad de nuestra democracia.
No sé si instruye mejor o peor las causas, incluso es posible que se exceda en su protagonismo. Pero es el único en que una gran parte de la población confía para perseguir cualquier desaguisado. Los demás pasan, y no es buen juez el que no quiere complicarse la vida.
Me llama además la atención que unos de sus verdugos sean los jueces progresistas, con Margarita Robles al frente. Quizás el problema es precisamente que este juez no mira si sus investigaciones son a los d derechas o izquierdas, a los progresistas o conservadores, a los vascos, madrileños o valencianos. Y como todos parece ser tienen cosas que esconder, lo mejor es acabar con el peligro.
El único pecado que ha cometido el Juez Garzón no tiene relación con la ideología de derechas o de izquierdas, no con los rojos o con los fachas. Su único pecado ha sido TRABAJAR. En un país donde muchos funcionarios y autoridades medran para intentar vivir del cuento sin dar un palo al agua, este Juez ha decidido justificar el dinero que el Estado le paga y hacer cumplir la ley. Cada día que pasa pienso que la verdadera utopía está en creer en el Estado de Derecho.