Por José Luís Navares
Leer esta noticia causa vergüenza ajena. Leer que el polideportivo se ha tenido que cerrar por la falta de mantenimiento y por la peligrosidad que llevaba consigo, aún más, y más con las consecuencias que puede tener en un espacio tan utilizado como éste.
Una buena gestión no consiste en hacer grandes obras sino en mantener lo existente, e ir mejorándolo poco a poco. La política que se llevaba en el poli de grandes fastos, llámense galas del deporte, grandes espectáculos en las 24 horas, invitaciones, camisetas conmemorativas en cualquier evento, chocolate y churros, queda muy bien y vende mucho, pero a la larga como se ha visto deja lo más importante por hacer y lo que en un principio parece una gestión brillante la convierte en chapuza.
Con un poco que se hubiera prescindido de todo lo superfluo se hubieran podido invertir los 1800 euros del museo y con seguridad se hubiera podido solventar más de una de las deficiencias del polideportivo y haber evitado su cierre.
Los que hemos tenido la responsabilidad de gestionar esta instalación, en tiempos bastante menos bollantes, hemos tenido presente que la seguridad de las personas que allí asistía era lo primero y después venían las medallitas, trofeos, camisetas, etc. y para ello contabamos algunos con un tercio del personal existente ahora mismo en el polideportivo como recordaran los que visitaban esas intalaciones en la decada de los 80.
La verdad es que me he resistido a escribir, a pesar de que la propaganda y la negación de todo lo anteriormente hecho me pedia lo contrario, pero las últimas noticias me ha movido de mi enroque y creo que es hora de poner en valor gestiones que con sus carencias, contribuyeron a que esas instalaciones no terminaran en un cierre como ahora.
Para ello hubo que acometer “con continuidad” pequeñas obras, todas encaminadas a consolidar una instalación con grandes carencias: no había muro perimetral, el estado de algunas pistas era lamentable y hubo que hacerlas nuevas, ampliar espacios deportivos haciendo un nuevo pabellón, nuevas pistas de tenis, frontón, rocódromo, remodelación total de los vestuarios existentes, etc, así como la adquisición de nuevos espacios deportivos como el Estadio Climent y pistas de petanca y quedaron muchas cosas por hacer que todos esperabamos que en estos años de bonanza se hicieran. Lamentablemente no es que no se haya hecho, sino que no se ha mantenido lo existente.