Un cargo público debe estar dispuesto a hacer lo que se debe, pese a las consecuencias políticas. Si no se está dispuesto a esto, mejor no dar un paso adelante.

Una de las decisiones más complicadas pero, al mismo tiempo, más responsable que hemos tenido que tomar, ha sido la subida del I.B.I. Sabemos que esto no es del agrado de nadie. Es una medida necesaria, que el PP debía haber tomado en 2021, cuando los técnicos municipales del área económica se lo indicaron. Por no hacerlo, por la cobardía del anterior equipo de gobierno, no se pudieron cerrar las cuentas de 2022, ya que el desfase económico llegó a 2 millones de euros. Tampoco pudieron presentar unos presupuestos para 2023. Ellos sabían que antes o después tendrían que hacerlo. No en vano, algún concejal del PP iba diciendo que no iban a subir los impuestos antes de elecciones y que, tras ganarlas, ya aplicarían el incremento. Pero al PP se le fue todo esto de las manos y sumió a Ibi en un agujero del que ahora nosotros lo estamos sacando. Ya sabemos cómo ha acabado todo esto: Ibi debía más de 7 millones a proveedores, muchos de ellos locales, y las facturas seguían llegando, el Ayuntamiento entró en colapso, muchas subvenciones se perdieron, el personal municipal quedó bajo mínimos… Además, esta nefasta política impositiva del PP ha provocado que Ibi lleve muchos años con servicios precarios, sucio, descuidado, deteriorado, sin apenas ayudas, sin presupuesto para contratar más trabajadores, más policías… Castalla, Onil, Tibi, Biar… municipios vecinos, con menor renta media que Ibi e inferior población, todas han estado pagando más I.B.I. que nosotros, durante muchos años. Ocupamos el puesto 114, de 140, en cuanto a presión fiscal. Esto es, además de una anomalía, una tremenda irresponsabilidad por parte del equipo de gobierno del PP. Otros municipios han estado actualizando el impuesto anualmente, mientras que el PP de Ibi lo mantenía congelado desde 2011, a cuenta del deterioro del municipio y de la precariedad de sus servicios.

Ahora nos toca hacer a nosotros lo que ellos no se atrevieron. Asumimos la responsabilidad y las consecuencias. No hay otro camino, no hay alternativa. Hemos vuelto a restablecer la plantilla de las áreas clave del Ayuntamiento, llevamos más de 10 millones de euros pagados de deudas contraídas por el PP y ahora vamos a equilibrar los ingresos a los gastos, por primera vez desde hace años. La otra alternativa es vivir sin limpieza viaria, sin servicios, sin fiestas y tradiciones, sin policías, sin jardinería, con restricciones eléctricas… volver a la Edad Media.

En la política no hay lugar para los cobardes. Siempre con sentido común y mesura, pero para estar en el gobierno, hay que estar dispuesto a hacer lo que se debe.

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