Por Sergio Carrasco, Alcalde de Ibi
Este pasado domingo se celebraron las elecciones europeas, unos comicios tan importantes como infravalorados por muchos. La abstención en Ibi rondó el 47%. Casi la mitad de todas las personas con derecho a voto en Ibi decidió no ejercer su derecho, especialmente entre los más jóvenes.
Hablando ya de Europa, lo más destacado es el ascenso de los partidos de ultraderecha en algunos países, como Francia, Alemania o Italia. Según los estudios, estos partidos se han nutrido principalmente del voto de jóvenes varones, algo que nos indica claramente que los partidos defensores de Europa, del medio ambiente, del estado del bienestar y de la democracia, hemos fallado estrepitosamente permitiendo que la historia se olvide. Nuestros jóvenes no han conocido los horrores derivados del último ascenso de la extrema derecha en Europa y ya se sabe que los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla.
Pese a esto, no todos los datos son negativos. El bloque de partidos pro europeos sigue siendo mayor que el de los de partidos ultra, por lo que sigue siendo posible una gran coalición contra los extremismos. También hay que destacar que la extrema derecha ha retrocedido en países como Polonia, República Checa o Países Bajos. Y en España y Portugal, pese a que los partidos ultras crecen, lo hace de forma bastante contenida.
Todo esto da una nueva oportunidad a los ciudadanos pro europeos, pro demócratas y con conciencia ante la emergencia climática. Ahora hay que trabajar en esta dirección.
Yo quiero hacer un llamamiento a todas esas personas que no fueron a votar el domingo. Deben ser conscientes de las repercusiones reales que tienen estos resultados en sus vidas, ya que la idea de que Europa les queda muy lejos es del todo equivocada.
Todo ciudadano que no esté de acuerdo con los postulados de la extrema derecha, es decir, recortes del estado del bienestar como sanidad, educación o pensiones, todo aquel que no esté de acuerdo con la discriminación de las personas por ser de otra procedencia o simplemente por ser mujer, todo aquel que sea consciente que sin medio ambiente no tenemos futuro y que esté en contra del odio y del belicismo político y social, debería implicarse en la defensa de sus valores, al menos, yendo a votar. Este es un derecho que damos por hecho, pero que no hace tanto no existía en España y que, si no lo defendemos, puede que un día desaparezca. Este mensaje quiero hacérselo llegar, sobre todo, a los jóvenes, porque son los que más tiempo tienen por delante. Es su futuro lo que está en juego y no deberían regalárselo a personas que lucharán sin descanso en contra de sus intereses.
