7 de abril de 2017
El Golpe de Estado en 1936 a un régimen legítimo y democrático como era la II República, supuso el comienzo de una cruenta guerra civil donde asistimos a una ejecución y represión sistemática, alentada por los altos cargos sublevados, de todas aquellas personas contrarias al bando rebelde. Supuso, además, un retroceso a nivel social, económico y político con la instauración de un periodo de terror, pérdida de libertades y estancamiento que no veríamos finiquitado hasta finales del s. XX con la Transición.
Han pasado ya 86 años desde la proclamación de la II República, un periodo que trajo consigo libertad y democracia, cultura y educación, igualdad y valores cívicos. Un periodo que no debemos olvidar puesto que fue una oportunidad que el pueblo se dio a si mismo de vivir en igualdad de condiciones sabiendo que ello pasaba por cambiar el sistema del Estado, siendo un país laico y respetando los derechos individuales y colectivos.
Está claro que también fue un periodo inestable puesto que nos encontramos con muchas ideas, todas ellas que suponían avances considerables ante una sociedad en la que la Iglesia, el Ejército y la clase alta seguían teniendo una fortaleza económica y social hasta tal punto que hacían y deshacían a su antojo. Estas ideas surgían de la lucha de las y los trabajadores que buscaban mejorar sus precarias condiciones, su falta de libertad y sus carencias sociales.
La instauración de la II República en España trajo también derechos como el sufragio universal o el proceso de liberación de la mujer considerándola como persona y sujeto social activo.
Tampoco debemos olvidar que muchas de estos cambios se produjeron de la mano del PSOE que participó activamente de estos con ejemplos como el propio Sanchis Banús, quien defendió la ley de divorcio, o Rodolfo Llopis, precursor y principal artífice del actual Colegio Cervantes y también la igualdad de oportunidades para la educación gracias al banco de libros y material que se implantó en las escuelas.
Y no debemos olvidar puesto que 1939 se produjo una frenada en seco a estos avances para después entrar en un retroceso en todos los aspectos con la Guerra Civil y un Franquismo que durante 40 años de represión intentó mediante el miedo y el terror acallar este periodo de grandes avances que ha supuesto, y supone, uno de los periodos más importantes de la historia de España.
Se suele decir que hay que ver de dónde venimos para ver a donde vamos y, por supuesto, hay que conocer el pasado para no cometer los mismos errores. No podemos pasar página y olvidar desde personajes importantes como Margarita Nelken, María Teresa León Goyri o como Miguel Hernández, Lorca, Pascual Pla y Beltrán, Antonio Machado, pasando por todos y cada una de las mujeres y hombres que siguen sin recibir ni el reconocimiento ni la sepultura que sus familiares desean para ellos. Podríamos hablar horas de todo esto pero creo que este fragmento lo explica en pocas palabras:
“Hay guerras que se pierden y nunca están perdidas,
bajo la paz impuesta por la guerra
el pueblo calla, espera y no se olvida,
hay muertos que no han muerto, ideas siempre vivas.”
Sergio Carrasco Martínez