Es lo que tiene ser un líder. La gente intenta imitarlos. Son nuestros divos.
¿Pero qué ocurre si ese líder es alguien que se siente sobre el bien y el mal? Si está endiosado, vamos ¿Qué ocurre entonces? Pues ocurre que dice y hace lo que le viene en gana con la seguridad de quien se siente impune; y el resto de los mortales le intenta seguir los pasos.
Hace un par de años, el dios José María Aznar, en una visita a la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo, ante las protestas a su presencia de un grupo de universitarios (seguramente de esos que ahora salen como terroristas en portada de algún diario fascista), no tuvo más ocurrencia que brindarles un gesto con la mano, más conocido como la “peineta”. Hecho esto, el dios “Ansar” siguió su camino sobre el resto de mortales.
Eso mismo ha ocurrido en Ibi. Bueno en realidad ha ocurrido en Valencia, pero la protagonista ha sido la alcaldesa de Ibi, si, “esta alcaldesa”. Cuando en la sesión plenaria de Les Corts del pasado jueves día 10 de mayo, el diputado por EU Ignacio Blanco le reprochó al Molt Honorable Alberto Fabra, que siga manteniendo como parlamentarios a “imputados o investigados” por casos de corrupción, con nombre y apellidos de cada uno de ellos, citó también a “esta alcaldesa” y las presuntas cuentas en Suiza. Ante esta situación y como único argumento justificativo, Maria Teresa Parra, le brindó una peineta a Blanco.
No terminó ahí el espectáculo de “esta alcaldesa” ya que posteriormente en los pasillos del palacio, tuvieron que sujetarla sus propios compañeros porque se abalanzó literalmente contra Ignacio Blanco.
Parece ser que sus propios compañeros pidieron a Blanco caballerosidad para no responder al ataque a la vez que se llevaron a la “rebotada” a los despachos y le dieron una valeriana para apaciguarla.
Le aconsejaremos a sus compañeros ibenses que antes del comienzo de las sesiones plenarias que preside, también le suministren valeriana en vena. Nosotros ya tomamos nuestras buenas dosis para aguantarla en cada pleno.
Esta forma de actuar bochornosa y arrabalera no hace más que hacernos pasar vergüenza ajena al resto de ciudadanos ibenses. Una persona pública que pierde los papeles de esta forma, no merece estar en el lugar que ocupa. Desmerece el cargo.
Por parte de su partido y de sus propios compañeros, merecería cuanto menos una justa reprobación. Ibi no se merece como dirigentes ni a Maria Teresa Parra ni a Miguel Ángel Agüera. No pueden estar ni un día más en sus puestos.
Así, como en la foto, sólo que al otro lado tenía a Juan Valls estuvo nuestra alcaldesa en l´avis…con una sonrisa forzada, y con una cara de «pleno» cuando veía a gente que no era de su agrado…esta mujer ha llegado al final de su carrera política y….eso esperemos…sólo tengo que remitirme a las dos páginas que nos dedicó ayer el mundo…váyase señora Parra…váyase.