Es difícil explicar con palabras lo que está sucediendo en la Comunidad Valencia. La Generalitat se encuentra en bancarrota total, debe dinero a los farmacéuticos, a los libreros, a los colegios, institutos, residencias de la tercera edad, a los abogados del turno de oficio, reduce plantillas en hospitales, servicios para la dependencia, y presenta un decreto-ley de recortes en la Comunidad que sólo se creen ellos. Los recortes que contempla este decreto-ley me parecen un insulto a la inteligencia y marca la verdadera línea política ultraconservadora del Partido Popular, que se esconde en la crisis que azota a toda Europa para llevar a cabo el mayor recorte en derechos sociales y laborales de la historia de la democracia. Se trata de desmantelar el estado del bienestar, es decir, el que pueda pagarse los servicios se los pague y quien no, que se busque la vida. Estos recortes suponen una pérdida de derechos de muchísimos ciudadanos en beneficio de unos pocos.
Por todo esto la gente ejerce su derecho a protestar y es intolerable que se produzcan cargas policiales en manifestaciones ciudadanas, como está ocurriendo en el IES Lluis Vives de Valencia. Los que se manifiesta lo hacen porque van a clase y no tiene calefacción, porque a sus hijos no les llegan las becas, porque los que van a un hospital se les dice que la lista de espera es eterna, porque quien trabaja quiere cobrar y por las deudas de la administración tiene que cerrar su negocio o porque hay personas que tienen que dejar su trabajo para cuidar a sus familiares dependientes porque en esta comunidad las ayudas o llegan tarde o simplemente no llegan. Con los recortes esto aún irá a peor y es más que comprensible que no se acepte.
Esto va unido a la indignación que produce ver como el Partido Popular en la Generalitat ha dilapidado millones y millones de euros de nuestros impuestos en grandes eventos como la F1, la American’s Cup, la Volvo Ocean Race o la visita del Papa, con contratos más que dudosos con amiguitos del alma, proyectos faraónicos y ruinosos como Terra Mítica, la Ciudad de la Luz o la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Incluso han pagado proyectos de obras que ni siquiera se han realizado, como las torres de Calatrava. Ahora quieren que el agujero lo paguemos los ciudadanos. Nuestros hijos pasan frio en las clases, estudian en centros deteriorados, el personal cada vez es más reducido, no hay dinero para medicamentos, las listas de espera en los hospitales son eternas y nuestros mayores y dependientes están desatendidos.
En esta comuidad (des)gobierna el PP desde el año 1995 y desde 1999 con mayorías absolutas por lo que es una vergüenza que se intente culpar a algún colectivo, partido político o sindicato de la situación en la que nos encontramos. Sabemos que no les gustan las manifestaciones, que al PP le molesta que la gente diga lo que piensa, pero la realidad es que los ciudadanos nos hemos cansado y ha llegado el momento de exigirles lo que nos pertenece por ley y no conformarnos con sus promesas vacías y engaños continuos.
Ayer decían los informativos que estas protestas estaban teniendo mucho apoyo vecinal y que salían personas a las ventanas con cacerolas para apoyarlos. ¿Sera que ya se está dando cuenta el ciudadano a quien tiene en el gobierno, en definitiva a quien votó?. Esto no ha hecho más que empezar.