Hace unas semanas, un periódico provincial publicaba un artículo titulado “Alicante, una ciudad de cemento”. En él se explica que, a un año de elecciones, son muchas las obras urbanísticas que se están realizando en la ciudad, pero la falta de zonas verdes es el denominador común de todas ellas.
La arquitecta Ane Ferreiro señala que «haciendo los espacios públicos menos amables nos fuerzan a consumir, a gastar dinero para disfrutar porque no podemos hacerlo en lugares que, teóricamente, son de todos».
Además de las implicaciones sociales del urbanismo, también hay otras que influyen directamente en la calidad de vida. Según el ingeniero agrónomo José Gálvez, «está demostrado que en las zonas con árboles las temperaturas bajan». La vegetación contribuye directamente a la mejora del aire y la rebaja de las temperaturas.
Ambos profesionales coinciden en que «cada vez que se lleva a cabo un proyecto parece que se olvidan de las zonas verdes», por lo que, al hacer el espacio público menos amable, acabamos perdiendo su uso en favor del negocio privado. Un modelo «del que hay que huir», según ambos.
Eso sí, Gálvez recomienda que estas zonas verdes estén formadas por árboles y plantas autóctonas, adaptadas al clima y al déficit hídrico, para que supongan una ventaja y no un inconveniente. En esta línea, numerosos expertos recomiendan eliminar el césped y abogan por dejar crecer la hierba natural en las jardineras, reduciendo así el alto coste de mantenimiento, pero beneficiándonos de su efecto natural.
Desde el grupo socialista de Ibi ya hemos señalado esta misma dinámica en Ibi. En la legislatura pasada ya denunciábamos la falta de replantado en el casco urbano de árboles talados y hace unas semanas advertíamos de las consecuencias negativas para la ciudadanía de cementar las jardineras y zonas verdes, algo que está haciendo el PP en Ibi.
Como podemos comprobar, nuestras reivindicaciones tienen base y cada vez más profesionales y expertos salen a la luz pública para denunciar este urbanismo de cemento, hormigón y plástico que reduce la inversión municipal en mantenimiento, pero también la calidad de vida de los ibenses. Más contaminación y más calor. Este es el modelo del que los expertos advierten que “hay que huir” y en el que el PP de Ibi sigue avanzando, sin escuchar a nadie.
Blanca Navarro Barrachina
Concejal del Grupo Municipal Socialista de Ibi