19 de junio de 2014
En Ibi tenemos un extenso tejido asociativo. Grupos de ciudadanos que comparten objetivos, espacios y aficiones comunes y que en muchos casos, sobre todo en los años de crecimiento poblacional, facilitaron la integración de las personas venidas de los distintos puntos geográficos.
Hay asociaciones deportivas, lúdicas, culturales, vecinales… y también las hay de carácter puramente social cuya finalidad es la solidaridad con los más desfavorecidos.
Éstas últimas son las que, por desgracia, cada día tienen más y más necesaria actividad. La voluntad y abnegación con que a ellas se dedican las personas que las componen no tiene límite. Una voluntad, una fuerza y un ánimo que contagian a su vez a otras entidades –sociales o mercantiles- para que se conciencien y colaboren con ellas en actuaciones lúdicas y reivindicativas con las que sacar del bolsillo del ciudadano de a pie, unos euros que hagan más fácil la vida a quienes de verdad lo precisan.
Desde estas líneas nuestro agradecimiento y admiración a todas las personas que conforman estas asociaciones y a sus numerosos colaboradores. Sin ellos, los más necesitados de nuestra sociedad lo tendrían mucho más difícil.
Una vez dicho esto, la realidad es que estas entidades sociales están cubriendo unas necesidades sociales cuya obligación le corresponde a la Administración, que para eso recauda nuestros impuestos. Esa es la realidad.
Las políticas neoliberales a las que nos somete el gobierno del Partido Popular, los recortes laborales y, sobre todo, el desmantelamiento del Estado de Bienestar, nos llevan día a día a precisar más del voluntariado ciudadano, convirtiendo dicho Estado del Dienestar en Estado de la Beneficiciencia, en el imperio de la caridad.
Podemos pensar “menos mal que hay personas que dedican su tiempo a ayudar a los demás”, y es totalmente cierto. Pero esta labor debería ser un complemento a las garantías sociales y no como cada vez lo son más, el principal recurso. Lo peor ya no es en qué situación estamos, sino hasta dónde nos piensan llevar, porque esto no ha acabado aquí.
Todo lo que estas asociaciones (verdaderas ONG) hacen es necesario, pero lo cierto es que si el Gobierno tuviese como objetivo la consecución de una justicia social, la labor de estas entidades iría en franca disminución. Sin embargo el gobierno del Partido Popular se pliega a la dictadura de los Mercados, rescata al “Capital” y se olvida de las personas. Y lo hace por propia convicción.
Esto está provocando que los más necesitados tengan que recurrir a la caridad, a la beneficiciencia que pensábamos olvidada. Parece que echando unas pocas monedas -cuando apetece- hay quien quiere lavar su propia conciencia, pero son sólo golpes en el pecho.
Eso ya ocurrió. Eso ya lo hemos conocido.
¿Qué preferimos el Estado de Bienestar, o el Estado de la Beneficiciencia?
Si es lo primero, no podemos quedarnos como meros espectadores.
Vicente Bernabeu
He visto amigos mios recogiendo comida en Cruz Roja,gente de Ibi,gente que va con la cabeza bajada como si fuera una vergüenza ir a recoger alimentos para alimentar a sus hijos,gente que hace unos tenia su trabajo y podía mantener a su familia,y ahora sin trabajo no pueden,no tienen nada.La vergüenza es la que tenían que sentir todos estos políticos que nos dicen que la crisis se esta acabando,el miserable de Montoro que dice que han subido los salarios,la impresentable ministra de trabajo que dice que se esta creando empleo,empleo por horas,dias,en fin y todas las mentiras y barbaridades a la que nos tienen acostumbrados toda esta clase política que apesta,empezando por que ni tienen ni saben lo que es la vergüenza,ni se verán en la necesidad de estar en una cola para poder alimentar a sus hijos,ya nos roban lo suficiente para asegurarse ellos su bienestar,lo peor es que encima de que nos tratan como imbéciles,llegan las elecciones y te das cuenta de que realmente somos imbéciles.Los ricos mas ricos y los pobres mas tontos,eso es lo que ellos quieren.