1 de abril de 2014
Hablar de Infraestructuras Terrestres, S.A. (INTERSA) y del Partido Popular, es hablar de favoritismos, de trajes hechos a medida, de modificaciones de proyectos y de sobrecostes.
En Ibi, de todo esto podemos dar fe. Las tres obras públicas más grandes de los últimos años, han sido realizadas por esta empresa bajo la “tutela” del Partido Popular.
Así tenemos en nuestra ciudad la piscina climatizada, el Teatro Río y, aunque finalmente no tenga que ser de propiedad municipal, no podemos olvidar el Palacio de Justicia que, de momento y parece que por mucho tiempo, ha sido Ibi quien lo la financiado en su totalidad.
Han sido varios los denominadores comunes en todas ellas, como por ejemplo el bajo valor que se otorgó en sus concursos al factor económico. Así en el proyecto de la Piscina Climatizada, la oferta económica puntuaba sólo el 10%, en el Teatro Río era del 20% y, finalmente en el caso del Palacio de Justicia supuso el 15% del baremo total. Si eso puede pasar desapercibido para el común de los ciudadanos es, sin embargo, algo en lo que el Síndic de Greuges incidió porque lo normal, en esto casos, es que la puntuación de la oferta económica no sea inferior al 50% de la puntuación total de cada proyecto.
Otra coincidencia es que en las tres obras han habido importantes modificaciones de los proyectos iniciales que han conllevado unos sobre-costes desmesurados.
En la Piscina Climatizada hubo el desfase entre el presupuesto inicial y el coste final fue de 1.233.218 € (un 47% de desviación); el Teatro Río no fue a la zaga y se llevó de Ibi 1.655.310 € entre rehabilitaciones y modificaciones (un 41% al alza); el Palacio de Justicia tenía que costar 682.430 € menos de lo que costó resultando finalmente un 57% más caro de lo contratado.
La Ley de Contratación de Administraciones Públicas es muy restrictiva y clara para su aplicación. Si la modificación del proyecto supone un incremento en el mismo del 20% al inicial, se ha de licitar dicha modificación; con lo que pueden optar otras empresas interesadas en el proyecto.
En Ibi, las modificaciones se “fragmentan” y se firma una el día 14 de octubre de 2008 y otra el día siguiente (caso del Palacio de Justicia), y cada una de ellas supone el 19’99% del valor inicial… pero son distintas y de diferente fecha. Una buena manera de contentar a la empresa y de reírse de la Ley y del ciudadano.
A la vista de esto, a cualquier ciudadano le asaltan una serie de preguntas, como por ejemplo “¿Qué motivan esas costosas modificaciones? ¿No hay responsables de este desmadre?”.
Bien, la respuesta a la primera pregunta la podemos desvelar en un instante. Esas modificaciones vienen dadas a que una vez se ha licitado y adjudicado, y a pesar de que tanto las empresas como el Ayuntamiento tienen numeroso técnicos, hasta que no se adjudica la obra, nadie se da cuenta de que por ejemplo y a pesar de contar con un espacio asignado para el Centro de Transformación, no hay quien cuente con él ni con su instalación; o porque a pesar de ser un edificio público y de tener previstas la climatización para una planta, se olvida hacer lo propio con la planta baja y segunda planta, o que se les olvide que están obligados a urbanizar los exteriores del edificio (ambos en el caso del Palacio de Justicia), . Son sólo unos ejemplos, pero hay muchos más.
En cuanto a la segunda, la que pregunta por los responsables, esa es más difícil de explicar, de hecho a nosotros todavía no nos lo han explicado… y miren que hemos preguntado.
Vicente Bernabeu