21 de marzo de 2014 

Discapacitados, jubilados, niños… todos forman parte de la sociedad. La figura de la persona jubilada está desligada del sistema productivo, al igual que los niños y las personas con dependencias severas.

En una sociedad avanzada, como la que se supone que hemos alcanzado, las barreras naturales son compensadas con ayudas sociales. Pese a que la igualdad de las personas sigue sonando a utopía (a la que no hay que renunciar) sí es cierto que la sociedad debería brindarnos a todos por derecho la posibilidad de tener las mismas oportunidades.

Por el contrario, en una empresa todo va enfocado a la obtención de un rédito o servir de base para un beneficio.

A simple vista, el funcionamiento de la sociedad y de una empresa parecen tan diferentes que me llama mucho la atención encontrar a gente que fundamenta su voto en términos empresariales. Entienden que el objetivo de la sociedad es obtener beneficios, como una empresa y por tanto, todo lo que no sea “rendible” económicamente, les sobra. Según dicen “lo que no deja, dejarlo”, “sólo hay que hacer lo rentable”. Yo creo que hay que hacer lo necesario, y si además es rentable, mejor que mejor. La sociedad no se centra en los beneficios económicos, eso es cosa de la empresa, aunque estos gobiernos neoliberales que nos gobiernan han hecho que así lo creamos. La sociedad debe, más bien, poner a disposición de los ciudadanos elementos, leyes y otros recursos que redunden en igualdad de oportunidades y protección. El beneficio que se persigue debe ser social y no sólo económico (que si es posible, pues también). La igualdad tiene un coste pero también un beneficio social. La igualdad de oportunidades nos las da el acceso a una sanidad pública (de calidad), una educación pública (de calidad), una atención (digna) a los dependientes, unas pensiones (dignas), una prestación de desempleo (suficientes), etc.

Este debe ser el objetivo, o al menos debe serlo de cualquier sociedad civilizada.

Convertir los Servicios Públicos (en cualquiera de sus variantes) en negocios para obtener beneficios privados es la maniobra ideal para los expoliadores de lo público.

Pedro García Otero

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2 COMENTARIOS

  1. Considero que, precisamente éstas que tu reseñas son algunas de las variables que diferencian unas políticas de otras. Las políticas neoliberales, conservadoras no creen en el estado solidario, no creen en los servicios básicos públicos a los que todos los ciudadanos accedan independientemente de sus recursos económicos, de ahí las privatizaciones, los copagos y los repagos que hacen que muchos ciudadanos no puedan acceder a la sanidad, educación, servicios sociales…, estas son las políticas propias del Partido Popular y que pone en práctica sin que le tiemble el pulso.

  2. Las políticas Neoliberales, su ayuda a los «desprotegidos» se basa en la Caridad y el sistema de Beneficencia, (Asilos y antiguos hospitales Provinciales) según su doctrina, el sistema de «Solidaridad» crea perezosos y desincentiva a los «emprendedores»…..

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