El pleno de ayer fue convocado en tiempo y forma por primera vez desde que comenzara la legislatura, bajo las presiones de los grupos de la oposición, que llevamos más de dos años exigiendo el cumplimiento del acuerdo plenario, en el cual se fijaron los horarios y días de las sesiones ordinarias de los plenos. La exigencia llegó a hasta tal punto que en el pasado mes de septiembre los grupos de la oposición PSOE, EU y ADIi decidimos abandonar el pleno ante la falta de respeto de la presidenta, al convocar los plenos cuando le viene en gana. El CDL no abandonó en esta ocasión el pleno ante la promesa de la alcaldesa de celebrarlos en tiempo en forma. Incumplida la promesa, como tantas otras, Juan Valls portavoz del CDL, decidió una vez pasadas las fiestas patronales renunciar a las delegaciones de gobierno, es decir, la Concejalía de Fiestas y Tradiciones.
Han pasado apenas 20 días durante los cuales y ante la nueva composición política del gobierno municipal, todos los grupos de la oposición decidimos mantener reuniones para trabajar en una posible moción de censura, un mecanismo democrático que permite censurar a un equipo de gobierno que pone seriamente en peligro los recursos que recauda de los contribuyentes para ofrecer y gestionar los servicios necesarios de una población y la calidad democrática de la institución, que como mínimo debe de ser respetuoso y justa con todos los ciudadanos.
Es desde entonces que han llovido las promesas aparcadas del gobierno del Partido Popular de Maite Parra.
Una de ellas, la siempre recurrida promesa de la rehabilitación y ampliación del Centro de Educación Especial Sanchis Banús. Ya lo prometió Camps y ahora le toca a Fabra. Vaya por delante que la calidad del servicio a los alumnos no se ha visto mermada por la gran capacidad y vocación de los profesionales que atienden a nuestros dependientes, a pesar de las goteras, las barreras arquitectónicas incomprensibles en un centro de estas características, los problemas con el depósito del agua o la calefacción que necesita de una remodelación urgente. Ellos han seguido trabajando a pleno rendimiento mostrando la mejor cara ante las dificultades. Esperemos que en esta ocasión no engañen a la gente y cumplan con lo prometido, que no es ni más ni menos que lo que deberían de haber hecho hace mucho tiempo. Encima parece que hay que darle las gracias por conseguir un “compromiso” por parte de la Consellería de que se rehabilitará el centro “a lo largo de esta legislatura”.
Todavía más graves son las declaraciones de Mª Amparo Pina y Maite Parra en la radio pública, amenazando de forma velada al sugerir que si hubiera una censura al equipo de gobierno y gobernaran otros partidos, no llegarían estas inversiones. Declaraciones inadmisibles para cualquier ciudadano que entiende exigible a las administraciones públicas lo que por derecho nos corresponde, porque pagamos los mismos impuestos con total independencia del partido que gobierne. Se supone que los políticos que acceden a gobernar en la Generalitat Valenciana y en cualquier administración pública, obedecen a normas democráticas por medio de las cuales todos somos iguales ante la administración, con total independencia de a quien votamos. De lo contrario estaríamos defendiendo un sistema mafioso por medio del cual utilizan el miedo y el servilismo político. Este pueblo no se merece tan poco respeto por parte de los que ahora gobiernan. La democracia, además de ser un instrumento para organizar y gestionar los recursos públicos de forma transparente y conseguir la mejor de las justicias en todos los aspectos, es también el recurso enfocado al bien común con el que mejorar la convivencia. Con estas actitudes, ni justicia, ni democracia ni convivencia.
En el pleno de ayer hubo muchos más anuncios «estrella» fruto de la presión que ejerce la sobra de la moción de censura. Todo lo que hasta ahora era imposible, ahora con esta presión, parece ser que sí es posible. Durante esta semana iremos detallando estas promesas de última hora.
Susana Hidalgo