La famosa frase que encabeza este escrito, es la que ponía punto y final a cada charla-mitin de Mayte Parra y de quien fue hasta hace algo más de un año su mano derecha, y ahora quíntuple imputado Miguel Ángel Agüera.
En abril de 2009 se inauguraba el Parque Giravela. Cuando dos años antes se firmaba el convenio con la empresa urbanizadora, se escuchaba esta misma frase en boca de nuestros gobernantes como un sonsonete.
Lo cierto y verdad es que no ha sido así. Esto sí que nos va a costar un buen pellizco a los ibenses. Exactamente vamos a tener que pagar 2.828.247,73 € más el incremento de IPC de estos años 2009 a 2013. De hecho, de este importe ya hemos pagado 89.319,75 €.
Sin entrar en consideraciones subjetivas sobre si parece caro o barato el coste del parque, sí que podemos afirmar que fue y es un compromiso de pago muy relevante para los presupuestos de nuestro ayuntamiento.
Desde el 20 de abril de 2007, los políticos que nos gobiernan son conocedores, aunque no sabemos si son conscientes, de que es una deuda a la que tenemos que hacer frente cuando finalice 2013.
Lo paguemos en dinero de Tesorería o en bienes (como por ejemplo solares municipales), lo cierto es que tenemos que hacer frente al pago de una deuda conocida y no sobrevenida.
Sin pretender cuestionar la labor de los técnicos responsables de Servicios Económicos, hemos de señalar que tanto a ellos como al responsable político del área de Hacienda, les hemos manifestado en multitud de ocasiones que no considerar estos casi tres millones de euros como Deuda Exigible (financiera), para nosotros es una falta grave al principio de prudencia contable que ha de regir nuestro Ayuntamiento. Además con la consideración de que esta deuda, desde 2009 ya no la mantenemos con la empresa urbanizadora, sino con una entidad bancaria que se la adjudicó (con lo cual solares y licencias de obras, mucho nos tememos que no serán posibles).
Bajo nuestro punto de vista no es suficiente con preverla como “Obligación de Pago”, ni podemos considerar a esta empresa como un “proveedor habitual” puesto que ni el concepto, ni el importe, ni la financiación pactada reúnen las características de éstos.
Otra cosa es que si se contabiliza como pensamos que corresponde, se pondría en peligro el principio de Estabilidad Presupuestaria, ya que según ésta los ayuntamientos no se pueden endeudar más del 75% de sus ingresos por operaciones corrientes.
El pasado año terminó con un superávit de 1.075.553,12 €; el próximo año, de una u otra forma, el Ayuntamiento tendrá que hacer frente al pago del parque y no hemos sido capaces de provisionar ni un sólo euro a este fin. Sin embargo se ha preferido disminuir la deuda bancaria, una deuda que tiene un cuadro de amortización previsto y conforme y que no nos precisa adelantar.
En cualquier caso esconder la cabeza bajo tierra, esperar a que suene la flauta o a que nos toque la lotería no parecen las opciones más acertadas para aprobar unos presupuestos.
Vicente Bernabeu
Gràcies Viçent per la teua claredat.
Me gustan especialmente tus artículos, claros y elocuentes, con la rotundidad de las verdades, que por más que quieran, no las podrán ocultar, aunque puede que sí consigan camuflarlas.
Lo dicho, adelante con la denuncia pública del manejo del dinero público que estos gobernantes de «tres al cuarto»
nos toca sufrir por algún tiempo, a algunos y algunas hasta que la justicia, legal o popular, se los lleve por delante.
Amigo Sento, tienes toda la razón. Yo estoy seguro de que un Auditor no habría dejado pasar una salvedad tan importante en las cuentas de cualquier empresa, y mucho menos en las de un Ayuntamiento.
Y como dice el comentario anterior, yo también disfruto leyendo tus artículos de opinión. Ánimo.