Las Cortes Valencianas inician la actividad después de 55 días de paro, desde antes de Navidad. El PP, partido que gobierna a sus anchas desde hace 18 años en la Comunidad Valenciana, con más de diez diputados imputados, acusados o investigados por casos de corrupción, deben de pensar que no es necesario trabajar. Es muy curioso que muchos que dicen no ser políticos ni entender de política, los mismos que se pasaban horas criticando duramente a Zapatero, ahora no quieren hablar de Gürtel, ni de todos los casos de corrupción en la Comunidad Valenciana, prefieren pasar de puntillas por el tema de los “sobres” en el caso de política nacional, ni quieren hablar de Miguel Ángel Agüera, Onsurbe, Maite Parra, etc, y mucho menos de la amnistía fiscal impulsada y defendida por Montoro, el gurú de la economía española. Estas personas, que siempre dicen ser apolíticos, cuando gobernaba el Partido Socialista criticaban al Partido Socialista y ahora que gobierna el PP y se ha destapado esta gran trama de corrupción en su seno, critican a la «clase política». Tiene narices la cosa. Supongo que si se les pregunta dirán que «es por no politizar».
La mayoría de las reformas y leyes, con sus consiguientes recortes, del gobierno de Rajoy han empobrecido la sociedad española para décadas. Ahora empezamos a ver como la prensa internacional nos dice que estamos en el buen camino, que nos acercamos al nivel de déficit que exige la Troika, pero no dicen que la sociedad española tienen muchos menos derechos que hace unos años, que tenemos muchos más parados y que el nivel de vida ha bajado peligrosamente hasta el punto de poder romper el equilibrio de cohesión social.
Todas estas leyes a base de decretazos tienen difícil encaje constitucional y legal; desde la Reforma Laboral, la de la negociación colectiva, las tasas judiciales, el co-pago farmacéutico, la amnistía fiscal, el euro por receta, los recortes de pagas extras a empleados del sector público, todas han contado con reparos o informes desfavorables del Consejo de la Abogacía del Estado, de todas las Asociaciones Judiciales, el Consejo de Estado, la Audiencia Nacional e incluso el propio Tribunal Constitucional.
La política impuesta por la Troika y Rajoy, como alumno aventajado, no persigue ni la Justicia, ni el buen gobierno, ni la Democracia, ni el bien común, simplemente la subordinación de la sociedad al capitalismo sin reglas.
Son días duros para muchas personas y para nuestra democracia, pero de ésta, no se sale con una sociedad de “apolíticos”, ese término es utilizado como paraguas para justificar ataques al contrincante político, pasando de puntillas sobre los casos que directamente atañen a sus ideales, que los tienen como todas las personas.
Esta sociedad tiene que asumir su compromiso contra la corrupción, y erradicar de la vida pública comportamientos faltos de ética cuando puede hacer valer su opinión, sobre todo “en las urnas”.
Desgraciadamente todos los presuntos casos de corrupción que nos rodean a nivel local, autonómico o nacional nos pueden llevar al desánimo, y al error de creer que castigamos a los políticos corruptos no acudiendo a votar y pasando de todo.
Para terminar con esta lacra es necesario que dejemos de admirar a aquellos que triunfan de manera fácil y poco clara, que dejemos de aplaudir a aquellos de defraudan al fisco, sin pensar que lo que ellos no pagan lo tenemos que pagar los demás, que pensemos que todos podemos hacer algo por mejorar la sociedad donde nos ha tocado vivir, y eso se hace como siempre se ha hecho con POLÍTICA, con mayúsculas.
Esta sociedad con respecto a la política, como en la lucha contra el fracaso escolar, tiene que aprender de nuestro entorno, y mojarse, no solo buscar culpables.
El éxito escolar es un éxito colectivo, de padres, colegio y entorno, el éxito en la vida social depende de lo que nosotros, todos y todas seamos capaces de aportar y tolerar en esta sociedad.
Ya me parece de escándalo que se reincorporen a sus sesiones de trabajo en les Corts después de 55 días, creo que eso es un insulto a toda la ciudadanía. Pero desde luego es bochornoso que esta gente del Partido Popular abandere la «transparencia». Creo que es necesario una verdadera regeneración política, pero en «MAYÚSCULAS» y mucho me temo que nadie de los que están ahora están capacitados ni legitimados para emprenderla, se hace necesario un cambio y me refiero a todos, hace falta savia nueva.