Con el PP vamos camino de los 50’s

Por Gonzalo Milla Tebar

Me contaba mi abuela una historia en la que un Rey visitaba muchas veces un pueblecito pequeño donde iba a cazar. Cada vez que se pasaba por allí, una mujer mayor le gritaba: “¡Magestad!, que Dios le guarde muchos años”. El Rey se acercó un día y le preguntó porqué le obsequiaba con tan gran deseo pese a que no se conocían personalmente. La anciana contestó: “porque su abuelo era malo, su padre era más malo aún y usted es peor. Miedo tengo de su heredero”. Pues algo así parece que pasa en España. Hemos criticado mucho a Zapatero por sus errores, los cuales ha pagado caro. Pero estos del PP son mucho peor. Con sus políticas de recortes y su reforma laboral, que solo sirve para perjudicar a los que menos tienen, están llevando al país a los años 50, cuando tuvieron que emigrar más de tres millones de españoles para buscar trabajo. De momento ya se han ido medio millón de jóvenes, que aquí se morían de aburrimiento ante tanta calamidad y miseria.

La señora Ana Botella tiene la poca dignidad de salir en televisión para pedirnos sacrificios y recordarnos que todos debemos arrimar el hombro. Hay que tener poca vergüenza para decir esto cuando ella y su familia ya no saben dónde poner el dinero. ¿Les piden sacrificios a personas que se quedan sin trabajo? ¿A los que se quedan sin casa porque el Banco los ha desahuciado? ¿A los niños que llegan con hambre al colegio porque no tienen para desayunar y a sus familias? ¿A los jubilados que sobreviven con 400 € y además tienen que pagar parte de sus medicamentos? ¿A las personas que hacen cola en los comedores públicos para que les den un plato de comida? ¿A los trabajadores a los que se les ha subido todos los gastos y se les ha recortado sueldo, derechos y servicios? ¿No les da empacho todo esto?

Los que tienen que arrimar el hombro son ustedes, los banqueros, las grandes empresas, las grandes fortunas, los corruptos que se han llevado el dinero a paraísos fiscales para no pagar impuestos. Todos los que acabo de nombrar son los causantes de esta crisis y los que deberían solucionarla, y no los ciudadanos de “a pie”.