Hace unos días explicaba en un artículo el coste que tendría para los ibenses subsanar las deficiencias del Teatro Río, aunque desconocía en qué iban a consistir las obras. Ayer, por fin, tuve acceso al proyecto. Finalmente el importe total de estas obras ascienden a algo más de 48.000 € y la obra durará 4 meses.
Considero que las deficiencias que deben subsanarse son bastante graves. Por ejemplo, en el Teatro Río no hay barras antipánico ni en las puertas de salida ni en las de emergencia, es decir, que en caso de evacuación, si la gente se agolpa frente a las puertas, sería bastante complicado abrirlas. Además, dichas salidas no estaban señalizadas. También faltan luminarias de emergencia sobre algunas de esas puertas, por lo que en caso de evacuación inmediata, sería difícil localizar las salidas. ¿Quiere hacernos creer el PP que cuando se hizo el teatro estas medidas no eran obligatorias?
Nuestro teatro no cuenta con un pararrayos, ni con la correspondiente toma de tierra del mismo, ambos obligatorios según ley, para evitar el riesgo de electrocución e incendio por la caída de un rayo.
Los trabajadores corren serio peligro al trabajar en la caja escénica ya que no existe la denominada «línea de vida», es decir, un cable de seguridad donde sujetarse con arnés, ya que trabajan en espacios de considerable altura sin ninguna barrera de seguridad.
Además faltan barandillas en todo el recinto, obligatorias por ley cuando existen determinados desniveles, así como barandillas de protección en la zona del anfiteatro.
Tampoco está garantizada la accesibilidad al escenario, por lo que una persona con discapacidad no podría llegar hasta allí si no la suben.
Es decir, nuestro teatro, con apenas un año de vida y con un coste de más de 9 millones de euros, adolecía de unas mínimas medidas de seguridad, tanto para los usuarios que asistían a los espectáculos, bien como público o realizando cualquier tipo de actuación, así como para los trabajadores que día a día se encargan de que todo salga a la perfección.
Si recordarán, el primer susto serio ya se tuvo cuando una niña de nueve años se coló por debajo del escenario (tapado con telas) y la red de seguridad que se suponía que debía evitar que cayera al foso, se soltó porque estaba mal anclada. Por suerte, el reducido peso de la niña hizo que estos anclajes se soltaran poco a poco, dándole tiempo a desplazarse a una especie de cornisa que hay junto a una de las paredes. ¿Imaginan si eso le hubiera pasado a un adulto?
Pero aquí parece que nadie quiere buscar a los responsables. Sólo se nos dice que debemos “mirar hacia delante”, que debemos “dejar atrás el pasado” y que debemos “tener paciencia”. Pues bien, el Grupo Municipal Socialista siempre ha mirado hacia delante con nuestras propuestas y nuestro trabajo, pero lo que el PP nos está pidiendo es que hagamos la vista gorda y que nos olvidemos de mirar hacia detrás. Tapar las irregularidades cometidas es convertirse en cómplice de ellas. Si lo que quiere el PP es impunidad para aquellos que han cometido irregularidades con los recursos y el dinero de los ibenses, de nosotros que se olviden.
Mirar hacia adelante no impide estar pendiente de lo de atras, más aun cuando lo de atras huele que apesta. Debeis de poner a cada uno en su sitio y ahora se deberá de ver sin tapujos quien quiere transparencia y quien no.
A todo lo anterior hay que añadirle, que el arquitecto que ha llevado a cabo tanto el proyecto de la obra como el del equipamiento, ha cobrado más DE 70 MILLONES DE PESETAS, nada, calderilla. Y que hay un técnico del ayuntamiento, que todos los meses cobra su sueldo, que ha sido el encargado de supervisar toda esta obra. Bien, se supone que un teatro era para abrirse al público y representar funciones de teatro, musicales, para pública concurrencia. ¿qué excusa nos van a dar ahora ese arquitecto contratado cobrando un pastizal y ese funcionario del ayuntamiento? Porque hay claras responsabilidades políticas, pero en esta santa casa hay más de un funcionario que tendría que estar expedientado