Podemos leer en los medios que el Ayuntamiento ha conseguido por fin la autorización judicial para entrar en la parcela del barrio de Campos donde se encuentra la antena de telefonía móvil y desmantelarla. Desde el Grupo municipal Socialista nos alegramos muchísimo por los vecinos de la zona y porque, por fin, se ha cumplido la ley.
Según la Sra. Alcaldesa «tenemos que comprender que, en ocasiones, los procesos jurídicos van lentos». Es cierto que algunas veces, sólo algunas, las cosas de palacio van despacio, pero ¿cómo es posible que una antena de esta envergadura fuese puesta sin que nadie viera nada? Digo yo que esta empresa de telefonía, para instalar este tipo de antena, cortaría alguna calle, la transportarían en algún tipo de vehículo de grandes dimensiones… La colocación de una antena de estas características no se hace de la noche a la mañana y a escondidas.
Los vecinos de la zona nos cuentan que de forma verbal denunciaron esta instalación ante el Ayuntamiento, pero ni la Alcaldesa ni el Concejal de Urbanismo hicieron nada. O no se enteraron o no quisieron enterarse y prefirieron hacer la vista gorda.
Hasta que los vecinos afectados no se movilizaron y la Alcaldesa vio peligrar un buen puñado de votos, no movió ni un dedo. Desde un principio debería haber hecho lo que la ley marca: paralizar las obras, ordenar retirar la obra realizada de forma ilegal y sancionar al infractor. Pero eso sería trabajar y ahora la Alcaldesa está más ocupada en otros menesteres.
Ahora dirá que gracias a ella, la que todo lo puede, la que cobra por no hacer nada, la que tienen sueldos extras y no sabe porqué, LA QUE DEBERÍA ESTAR IMPUTADA junto a su compi de TANTO PA TI, TANTO PA MI, esa que rebaja la subvenciones a las asociaciones sin ánimo de lucro, esa que hizo mobilizar a los pocos vecinos que asistieron junto a la FAVI y miembros de otras asociaciones vecinales a la manifestación en contra de la antena, y que ahora tienen que pagar los gastos que se originaron, pero como en tantas ocasiones dirá que es una mártir por sus ibenses, que se deja la piel trayendo cosas.
Lo que tiene que hacer es traerse los dineros de Suiza
que son de sus ibenses y dimitir, por el bien de sus ibenses y del resto de ciudadanos de Ibi.
Desde luego la ilustrísima se regodea de que esto es un éxito más de ella. Lo cierto es que si ella fuese como debería de ser la Antena , no es que la quitaríamos, sino que no se hubiera puesto nunca. Lo que pasa es que, en esto como en otros asuntos, se las tiene que tragar sin pan. Lo mejor que podría hacer por la salud democrática de Ibi es marcharse y dejarnos tranquilos.