Hoy lunes primero de mes tendríamos que tener Pleno, pero siempre hay alguna excusa para no llevar a cabo los acuerdos consensuados de los grupos políticos. Podríamos pensar que uno de los concejales del PP está de vacaciones esta semana y por ello no celebran pleno, ya que estarían en minoría. La versión oficial es otra, y en cualquier caso ya no me fío de Maite Parra, ha ido perdiendo la confianza de propios y extraños en estos años de gobierno, excepto de sus nuevos compañeros de viaje, aunque seguramente irán perdiéndola  poco a poco .

Una gran parte de la ciudadanía sabe ya quién es Maite Parra y cómo se comporta, y sobre todo el doble rasero que aplica a sus decisiones políticas en las administraciones superiores. Con el brazo en alto defiende los recortes de las Generalitat en Educación, Sanidad y Servicios Sociales que impone su partido y con un megáfono asegura defender a los colectivos de Ibi que no cobran las subvenciones de la Consellería.

Fue más que merecida la gran pitada que recibió en la Plaza de la Tartana cuando el Centro Ocupacional San Pascual convocó una concentración para denunciar la difícil situación por la que han tenido que pasar debido a los impagos de Consellería. Esta señora lleva viviendo (políticamente hablando) mucho tiempo a cuenta del respeto y la educación democrática de la gente.

Una dirigente que se ha opuesto a las mociones presentados en el Ayuntamiento por parte de la Plataforma en Defensa de la ley de Dependencia, en las que se reivindicaba la puesta en marcha de esta ley que ha supuesto el avance más importante en toda la historia de la democracia en relación a los Servicios Sociales, una ley elaborada con la participación de los distintos colectivos políticos, sindicales y sociales, y aprobada por el Parlamento de la Nación, el 14 de diciembre de 2006 y que ha sido boicoteada en la Comunidad Valenciana de forma sistemática, una dirigente que no ha defendido una Educación Pública de calidad donde corresponde, en las Cortes Valencianas, y se ha permitido el lujo de criticar duramente a los profesores, sindicalistas,… Y sobre todo una dirigente que no se siente responsable de ninguna de las imputaciones por presuntas corruptelas de sus compañeros de viaje del PP y que considera que no tiene ninguna responsabilidad política ante nadie. Una dirigente que poco le importa la crisis, ni la manera de superarla, que ha criticado duramente al gobierno de Zapatero por el modelo de financiación «discriminatorio» de la Comunidad Valenciana (que obedece a la legislatura de Aznar) y que, al igual que el resto de diputados  de las Cortes Valencianas del PP, ahora con Rajoy prefieren no reivindicar el incremento que tanto han pedido a Zapatero.

Se merece muchas pitadas como la de la Plaza la Tartana porque la gente tiene un límite y no aguanta con resignación a políticos mentirosos y falsos. Cada vez que declare públicamente que defiende la Educación Pública, a los dependientes o los intereses de Ibi, deberían como mínimo pitarle los oídos.

 

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1 COMENTARIO

  1. ES LO QUE TIENE SI UNA SE PASA EL FINDE EN BEDIDORM LA RESACA ES MOLT ROINA

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