Vuelven los mayas. Esto fue lo pensé hace unos días tras leer una noticia aparecida en un diario de tirada provincial.
En dicha noticia se decía que el Gobierno Valenciano iba a reducir el número de Inspectores de Hacienda, algo que les reportará un ahorro de 500.000 €. Hasta ahí todo claro, pero a continuación se afirmaba que esta reducción de inspectores iba a provocar que las arcas autonómicas dejaran de ingresar 21 millones de euros por la no detección de fraude. ¿Qué sentido tiene esto? ¿Es posible que esos políticos sean tan tontos? Visto lo visto, cabría incluso pensar que estuvieran interesados en que no se combata el fraude fiscal. En fin, supongámosles más racionalidad y menos mala intención (ya es mucho suponer, pero bueno…). Dejarán a un montón de gente en el paro y además perderemos 20,5 millones de euros, sin hablar del coraje que produce pensar que muchos defraudadores se saldrán con la suya. ¿Que consiguen con esto? Pues lo único que sacan en claro es una reducción del sector público, un adelgazamiento del Estado. Hablando en plata: cargarse lo público. La Comunidad Valenciana está en quiebra total y los amos del dinero, «los mercados», piden constantemente este tipo de «signos inequívocos» para confiar en los países (en este caso comunidad autónoma) que tanto dinero les deben. Hay que perder dinero y sacrificar el sustento de trabajadores para «calmar a los mercados» que piden sacrificios.
¿Entienden ya por qué todo esto me recuerda a los mayas? Una clase dirigente que, para salvar su estado, sacrifican a sus ciudadanos y así satisfacen a sus dioses (=mercados) sedientos de sangre (=dinero).
Pues eso podemos aplicarlo a todas las medidas que desde el gobierno de España y la Generalitat se está adoptando: recortes en el Estado del Bienestar y reforma laboral. Calmar a «los mercados» con la sangre de los españoles (sólo de los pobres, ¡eh!).
En fin, ya podemos empezar a movilizarnos y a luchar por nuestros derechos porque los mayas han vuelto y lo han hecho para quedarse.