Siento la imperiosa necesidad de escribir algo sobre la reciente condena al Juez Baltasar Garzón en el caso de las escuchas en la cárcel a los presuntos corruptos de la trama Gürtel y vaya por delante que me indigna tener que tratar a los integrantes de esta trama de corrupción de “presuntos”.
Este episodio es bochornoso para la inmensa mayoría de los españoles, pero aún lo es más para la comunidad internacional que ve como se termina con la carrera de un juez que, si por algo ha destacado es por trabajar en favor de la justicia universal, persiguiendo delincuentes, terroristas, dictadores, asesinos. No se entiende que ahora se haya convertido en el primer condenado por un caso que el mismo estaba investigando.
Dicho todo esto tengo que reconocer que la situación del Juez en este caso era delicada, ya que es verdad que las acciones que emprendió creo que limitaban el “derecho constitucional” que asiste (incluso) a los chorizos, para defenderse de lo indefendible, pero bueno, tenemos las leyes que tenemos y hemos de respetarlas.
Siendo esto así, creo que la sentencia es más injusta si cabe, porque con ella se cae en un agravio comparativo grandísimo. Tenemos que darnos perfecta cuenta de que continuamente y a diario se están “violando” derechos constitucionales de los ciudadanos. ¿No es verdad que la constitución dice que todo ciudadano tiene derecho a una vivienda diga, a un trabajo? , pues por esta violación de derechos, ¿a quién tenemos que condenar?, ¿al estado?
Qué pasa con la Ley de la Dependencia, ¿No se trata de una Ley que favorece a los ciudadanos y que es obligado cumplirla? ¿Es un derecho del ciudadano? Si es así, ¿a quién habría que juzgar y condenar por violar un derecho?
El mundo está al revés y España de vuelta y media. No se comprende una situación como la que le ha caído a este Juez. Cada día que pasa estoy más convencido que existe una sed de venganza de personas insaciables y que lo único que buscan es sumir a España en el desprestigio más absoluto.
