El PSOE se compromete a «no subir los impuestos a los asalariados» dentro de la revisión fiscal que piensa hacer si gana las elecciones y en la que promete hacer un reparto más equilibrado de las cargas tributarias entre las rentas de trabajo y las de capital.
Así consta en las resoluciones de la Conferencia Política del PSOE aprobadas esta semana y con las que se elaborará el programa electoral de los socialistas, que incluye la promesa de garantizar la armonización fiscal en el ámbito autonómico.
Resoluciones que también recogen el compromiso de asegurar los mismos derechos en materia sanitaria y educativa, con independencia del territorio en el que se presten estos servicios.
Los socialistas asumen que el «freno» a algunos avances sociales debido a la crisis, como la supresión del «cheque-bebé», puede prolongarse en los próximos años.
Centran así su objetivo en «blindar» la política actual de educación, sanidad, pensiones y dependencia.
En su programa, el PSOE defiende el estado de las autonomías frente a un «nacionalismo español rancio y centralista» y rechaza la recentralización del Estado, pero también reivindica la cohesión y la solidaridad.
En este contexto aboga por una reforma del Senado para convertirlo en una verdadera cámara de representación territorial; se elegiría coincidiendo con el calendario electoral autonómico y no sería disuelto por el presidente del Gobierno al mismo tiempo que el Congreso.
El PSOE defiende el «valor indiscutible del castellano», pero también del plurilingüismo del Estado y subraya que «es bueno» que el conjunto de los españoles lo aprecie.
Por otra parte, quiere modernizar toda la administración pública implantando un sistema de «gestión por objetivos» y estableciendo periodos de prácticas para los nuevos funcionarios.
Los socialistas se comprometen asimismo a rescatar proyectos no aprobados en la pasada legislatura, como el de muerte digna o igualdad de trato, al tiempo que retoman la aparcada ley de libertad religiosa, con la que quieren regular la objeción de conciencia y crear un observatorio de la laicidad.
En las 103 páginas del documento, sólo se dedica un párrafo al terrorismo y simplemente para ratificar el apoyo a la actual lucha contra ETA.
En el texto se comprometen a trabajar para eliminar la prostitución y aprobar reformas para ilegalizar las organizaciones que promuevan el odio ideológico.
Los responsables de las comisiones en las que se han debatido las propuestas -Gobernar los cambios, Economía, Empleo, Igualdad y Democracia- han expuesto en el plenario de esta conferencia las resoluciones antes de la clausura de la Conferencia política por parte de su candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba.