El pasado año 2010 la práctica totalidad de las inversiones que los ibenses conocieron fueron financiadas por el gobierno socialista a través del PLAN ESPAÑOL PARA EL ESTIMULO DE LA ECONOMÍA Y EL EMPLEO conocido popularmente como PLAN E.
A Ibi le correspondieron casi ocho millones de euros entre la primera y segunda fase de dicho Plan.
Esa recepción de fondos por parte del Gobierno Central es justa; es la que nos corresponde por ley, pero precisamente por tratarse de fondos públicos no se puede permitir que se despilfarren sin ton ni son. No es de recibo gastar por gastar. En Ibi con esos fondos se han hecho cosas, unas más interesantes que otras, unas con más gusto que otras y unas con más precisión que otras (éstas las menos); pero que se gaste por gastar, sin saber qué utilidad tiene lo que se ha hecho, eso ya es el colmo.
Y esto es lo que ha sucedido con el ya tristemente famoso kiosco de la Plaza de la Tartana y ahora situado en el Parque Giravela. Mucho se ha hablado ya de este tema. Tanto que parece cansino insistir sobre la frivolidad que ha supuesto su adquisición.
Ahora toca el tema del traslado. Más bien del importe de su traslado. El movimiento de caballo de ajedrez que ha realizado este kiosco es de libro.
Hemos conocido que el traslado (ese movimiento que decíamos de caballo de ajedrez), ha supuesto un coste de 2.000,00 €, que no es poco. Las improvisaciones generalmente salen caras. Lo realmente extraño es que el día 13 julio de 2010 se publicó en el B.O.P. (pág. 46) el anuncio de concurso público para su adjudicación, en el que se informaba que el canon a pagar por el adjudicatario se establecía únicamente en 10.000,00 € y que correspondía únicamente a los gastos de traslado. Ese importe sería el mínimo y de ahí al alza.
A la vista de lo anterior cabe preguntarse de dónde sacaron la cifra inicial. Realmente confirma algo que venimos denunciando reiteradamente, el gobierno de Mayte Parra carece de todo rigor a la hora de gestionar el dinero público.