¿Quién juega sucio?

Conforme pasan los años, la capacidad de asombro va menguando en las personas. No obstante, de vez en cuando, se ve, se oye o se lee algo que despierta en uno esa sensación, como me ha pasado a mí tras la lectura de un artículo firmado por Nuria Martínez Chafino y publicado en el semanario comarcal Escaparate bajo el título de “EL JUEGO SUCIO DE LA OPOSICIÓN”.

Con poco que el lector esté familiarizado con la situación política ibense, el texto en cuestión no puede si no dejarlo perplejo. Ése ha sido mi caso. Desde el título del artículo hasta el “No todo vale… ni siquiera en política” (Esta última frase, con tu permiso, Nuria, la comparto).

Este artículo pone al descubierto la habilidad de estos dirigentes del Partido Popular para darle la vuelta a la tortilla e intentar culpar al resto de sus propios males. En tu escrito, mencionas las ambiciones personales, la lástima, el desprestigio, la negación, el odio, la rabia y la impotencia (en este último caso, cambiaría el término por el de “prepotencia”), adjetivos que definen, precisamente, a los dirigentes de tu partido en nuestra ciudad.

Te puedo asegurar que en la oposición no existe odio hacia nadie. En cambio, sí que existe la impotencia de que no nos dejen llevar a cabo el trabajo que nos fue encomendado por los ciudadanos. Para realizar la labor de oposición, el Ayuntamiento ha de ser transparente. El nuestro carece de esta cualidad. Vemos día a día el uso y abuso de los medios públicos por parte del partido gobernante descalificando a la oposición sin posibilidad de réplica. Con todo, no existe el odio, pero eso no quiere decir que nos conformemos. Hemos hecho público -y lo seguiremos haciendo- todo aquello que no juzguemos correcto. Es nuestra responsabilidad.

“Desprestigiar”, dices. ¡Pero si desde el principio de esta legislatura que ahora termina os habéis estado denunciando entre vosotros! Y lo peor es que, al parecer, quienes denunciaban tenían razón. Ha habido numerosas presuntas irregularidades, hemos convivido con “Caja B”, no han faltado presuntas “mojaditas” y presuntos “pelotazos”, tenemos presuntas extorsiones y sobornos, vivimos entre presuntas malversaciones y presuntos tráficos de influencias. Eso sí, tampoco han faltado calumnias contra el portavoz del principal partido de la oposición, el PSOE. Esto no lo hemos soñado, esto está todo en los juzgados. No mencionemos las destituciones, relegaciones de responsabilidades, expulsiones… ¿Para qué? ¿Quién desprestigia a quién? Yo lo tengo claro: el Partido Popular se desprestigia a si mismo, empañando el nombre de Ibi.

Con tu permiso, copio y pego las últimas frases del artículo que firmas:

“En estos días de reflexión política, me gustaría que hicieran un examen de conciencia y fueran lo suficientemente valientes para asumir sus errores y enmendarlos. No todo vale…ni siquiera en política”.