Por Arturo Doménech García.
El Gran Premio de Europa de Valencia, en el carísimo circuito urbano recién acabado, no ha cumplido las expectativas. La entrada de público ha sido baja y los amarres para yates de lujo no se han vendido todos.
Un alto coste para un resultado pobre, pero no pasa nada, para el Gobierno de la Generalitat Valencia del Partido Popular lo único que importa es la repercusión mediática, eso sí, sólo de la capital.
Lo realmente importante es que, mientras la Generalitat gasta a raudales en proyectos faraónicos de ocio, obras importantísimas para la educación de nuestros hijos, para la salud de todos los valencianos, para la atención a nuestros mayores y personas dependientes,… tardan una eternidad en hacerse realidad y el presupuesto que dedican es escasísimo. La Comunidad Valenciana está a la cola en Sanidad, Educación y en ejecución de la Ley de Dependencia. Eso sí, el circuito estaba a tiempo.
En Ibi sigue sin estar terminada la plaza de los Reyes Magos, la plaza de la Palla, la calle Mayor, la calle San Roque, la plaza de San Vicente, el Parque Giravela, el Teatro Río, el Palacio de Justicia, la Zona de Ocio, el Centro de Día, el jacuzzi de la piscina climatizada, etc… Sabemos cuando empezaron y para cuando lo prometieron pero no cuando terminarán de verdad algo, porque no hay dinero, o mejor dicho, no lo hay para estas cosas. Nuestros impuestos, que deberían procurarnos una excelente Sanidad, una apropiada Educación y una garantía para las personas más dependientes, van a parar a circuitos, parques temáticos, altares lujosos y otras construcciones faraónicas para la capi. ¿Alguien imagina como se sienten las miles de personas dependientes que, transcurrido más de año y medio desde que entrara en vigor la Ley de dependencia, todavía están esperando que el Sr. Camps pongan el dinero necesario para su aplicación?, ¿hasta cuándo seguiremos financiándoles sus caprichos?
Confiemos en que más pronto que tarde la ciudadanía “vea” todas estas barbaridades y ponga a cada uno en su lugar.