Por Juan Torres López, Catedrático de Economía Aplicada

Diversas organizaciones agrarias y de consumidores han calculado en España un Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD) que les ha permitido comprobar que los alimentos se encarecen de media un 436% (y en algunos casos hasta un 900%) desde el campo hasta la mesa.

Los precios están subiendo en todo el mundo. En los países más pobres el alza del precio de los alimentos está provocando una situación dramática. Los precios de materias primas estratégicas como el petróleo se disparan  y suben también los precios al consumidor.

La entrada del euro .
El aumento de los precios no es nuevo. Se está produciendo desde la entrada del euro, aunque se viene disimulando gracias a los “retoques” en los indicadores estadísticos, sucesivamente modificados para no hacer oficial la pérdida de poder adquisitivo que sienten los ciudadanos.

La nueva especulación.
Sobre la subida de los precios de los alimentos, e incluso del petróleo y otras materias primas, hay que tener en cuenta que se está produciendo cuando los especuladores han tenido que dejar los mercados financieros como consecuencia de la crisis de las hipotecas.

Cantinela liberal.
Cuando los precios suben, las autoridades económicas de signo liberal repiten las siguientes consignas:
1-Moderar los salarios (porque los precios suben -según dicen- como consecuencia de subidas previas en los salarios).
El Banco de España, por ejemplo, ya ha recomendado públicamente la congelación salarial a pesar de que España es el único de los 30 países miembros de la OCDE en el que el poder adquisitivo de los salarios está bajando desde 1995.
2-Subir los tipos de interés (porque también dicen que si suben los precios es que hay excesiva cantidad de dinero en circulación y para reducirla hay que encarecer el precio del dinero).
El Banco central Europeo se empeña en subir los tipos a pesar de las muchas voces que indican que eso provocará una mayor crisis. Aunque, eso sí, también provoca grandes beneficios para la banca y los propietarios de capital.

En suma, siempre la misma receta ante la inflación, que se traduce en una mejora de los beneficios y las plusvalías y en la mayor explotación y pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

Verdaderas causas de la inflación
¿Por qué nadie menciona el hecho de que en España, donde se quejan por precios más altos, hay salarios más bajos y que crecen menos, los beneficios empresariales son siete veces más altos que en el entorno europeo? Una muestra indiscutible de que no son los salarios los que sube los precios.

Los precios de los alimentos o los del petróleo, están subiendo por la misma razón de fondo: porque las grandes corporaciones imponen su ley, porque hablan y hablan de mercados libres y de competencia cuando lo que existe de verdad son mercados sumamente imperfectos, oligopolios con más poder que los gobiernos y con influencia suficiente en los mercados como para imponer precios que constantemente les garantizan beneficios extraordinarios.

No se dice, por ejemplo, que si el coste de producción de un barril de petróleo de Arabia Saudí es de unos 6 dólares, la especulación añade un coste de entre 50 y 60 dólares. Ni, por supuesto, tampoco hablan de los costes que imponen los grandes intermediarios.

Datos interesantes
Diversas organizaciones agrarias y de consumidores han calculado en España un Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD) que les ha permitido comprobar que los alimentos se encarecen de media un 436% (y en algunos casos hasta un 900%) desde el campo hasta la mesa.

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