Por Juan Torres López, Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga.
Recordemos cómo el Banco de España reprendió hace poco al Gobierno al afirmar que este no hacía frente convenientemente a la crisis; es lógico que eso llame la atención de los ciudadanos, e incluso que cause preocupación. Desgraciadamente, sobre las opiniones de los bancos centrales no hay apenas debate y lo que argumentan sus responsables suele ser aceptado sin rechistar por casi todo el mundo.
Es una pena, porque los ciudadanos deberían saber que las opiniones del Banco de España, y más concretamente estas últimas criticando al Gobierno, no tienen rigor científico alguno y que solamente responden a postulados ideológicos muy respetables pero infundados y que en absoluto tienen que ser compartidos por toda la sociedad como si fueran un dogma de fe.
¿Bajarnos el sueldo?
Como siempre, el eje de las recomendaciones al Ejecutivo se centra en la necesidad de moderar los salarios para hacer frente a la crisis. Algo realmente sorprendente si se tiene en cuenta que los salarios españoles se han moderado tanto en los últimos años que nuestro país ha sido el único de la OCDE en donde han disminuido en términos reales en los últimos años.
A más salario, más competitivos
En contra de lo que ahora dice el Banco de España y de lo que viene diciendo en su discurso de piñón fijo, más bien se podría pensar que si no hubiera sido así, si las rentas salariales hubieran dispuesto de mayor poder adquisitivo, la economía española no hubiera sufrido un endeudamiento tan grande como el que tiene ahora, disfrutaría de mercados internos más potentes y hubiera estado más incentivada a competir por la vía de la innovación o la calidad.
Sueldos bajos: subordinación y endeudamiento
Lo que hace el Banco de España recomendando más moderación salarial es condenar a la economía española a desempeñar un papel subordinado y de segunda fila en los mercados internacionales. Aunque, eso sí, favoreciendo de esa manera que los bancos sigan haciendo más negocio con el endeudamiento privado y que las empresas aumenten sus beneficios.
Por si las moscas
Pero como ni siquiera el Banco de España puede ya disimular el enorme privilegio que han tenido éstos últimos (que en España son unas siete veces más altos que la media europea), ahora se ha atrevido a proponer que no solo se moderen las rentas salariales sino también los márgenes empresariales.
Con ese criterio, el Banco de España hace una pirueta discursiva verdaderamente increíble.
¿Qué quiere decir entonces?
Por tanto, si el Banco de España pide moderación de los márgenes empresariales y de los salarios, o está pidiendo que disminuya la producción o está pidiendo que aumenten las rentas del Estado.
Acorralado
¿Estará solicitando el Banco de España que haya menos actividad en la economía española? ¿O es que se ha hecho ahora milagrosamente keynesiano y está reivindicando un papel más activo del Estado? Pero si es esto último, ¿no resulta contradictorio con sus llamadas a la reducción de impuestos y al «ajuste» del gasto público?
Perplejos
¿A qué juega el Banco de España con este discurso? ¿Es sincero o es que habla con la boca chica? ¿Cómo entender un análisis tan pobre y contradictorio en una institución que se reclama como la expresión del máximo rigor económico?
Ahora, las pensiones
Otra de las indicaciones del Banco al Gobierno es que debe reformar el sistema de pensiones, lo que igualmente resulta un argumento penoso en la actual coyuntura.
Oportunidades perdidas
Y lo que resulta especialmente lamentable en todo este discurso sobre la crisis es que mientras el Banco de España se dedica a proponerle al Gobierno medidas que solo benefician a los bancos y a las grandes empresas y patrimonios, pasa por alto factores reales que han provocado la crisis y la subida de precios y soslaya remedios que reputados economistas están proponiendo para salir de ella con mayor eficacia y equidad.
Especuladores
Así, no habla de la especulación que está produciendo la inestabilidad y que los reguladores han permitido e incluso estimulado. Ni tampoco del crecimiento de la masa monetaria generado por los grandes bancos centrales para salvar a los bancos privados y que no puede sino generar la inflación que ahora dicen que quieren combatir, ¡aunque bajando salarios.
Crítica ciudadana
Realmente, lo que ocurre es que el Banco de España está en otra onda, en la de los adinerados y los poderosos. Es lógico que hable como habla, pero los ciudadanos y nuestros representantes políticos deben saberlo. Y criticarlo.

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