Mayte Parra, una persona sin escrúpulos

No ha sentido ningún escrúpulo ni recato al desearle a una persona su muerte: [refiriéndose a Zapatero] “Ojala que se ahogue con el agua que le sobra”, frase repetida por dos veces.
Al Grupo Municipal Socialista, durante la precampaña y campaña electoral, no se nos ha permitido contratar cuñas en la radio pública municipal de Ibi para informar de los actos electorales, ni tampoco comparecer en directo en el tiempo que nos corresponde mensualmente, porque según su directora, está prohibido por la legislación electoral vigente.
Parece ser que la legislación vigente sólo lo está para algunos.
El viernes día 7 de marzo, último día de campaña, hemos podido comprobar como a Mayte Parra se le ha hecho una entrevista en directo de 60 minutos de duración, según lo dicho anteriormente, ilegal e injusta, por la que es necesario pedir responsabilidades.
Esta persona no puede ostentar la máxima representación del pueblo de Ibi y muchos menos escudándose en la democracia, ya que sus formas son totalmente caciquiles, dictatoriales e impropias de una persona que debe entender la democracia como el respeto escrupuloso a las normas del estado de derecho.
En las manifestaciones realizadas, llenas de ofensas y descalificaciones, una vez más, ha hecho gala de  su catadura moral, personal y política. No ha sentido ningún escrúpulo ni recato al desearle a una persona su muerte: [refiriéndose a Zapatero] “Ojala que se ahogue con el agua que le sobra”, frase repetida por dos veces.
Tenemos entendido que el desprecio a la vida ajena es propio de asesinos y terroristas y no de personas de bien. Consideramos que ni al mayor enemigo político o personal, que para  Mayte Parra parece ser el presidente del gobierno, se le puede desear la muerte. Este deseo sólo lo pueden tener personas de baja catadura moral y escasos valores humanos.
Mayte Parra no se merece el título de alcaldesa y mucho menos ser la representante de nadie.
Esperamos  del concejal de medios de comunicación que dé las explicaciones oportunas por este atropello y uso abusivo de los medios públicos con fines totalmente partidistas. ¡Esto si que es propio de una república bananera!
A los trabajadores y responsables de los medios de comunicación de titularidad pública les informamos que no están legitimados ni pueden ser obligados por ningún político, sea del color que sea, a cometer ilegalidades. El miedo a represalias es incompresible e inaceptable en un estado democrático. Y en el caso de que existan estas represalias, hay que perseguirlas con  toda la fuerza de la ley.